El otro día, convertimos nuestra clase de primero de primaria en un supermercado. Primero, unos fueron compradores y otros vendedores, y luego al revés. Hicieron su lista de la compra, compraron sus productos y realizaron las sumas necesarias para poder pagar, y las restas para poder dar la vuelta. En sus caras se ve lo bien que lo pasaron aprendiendo a desenvolverse por sí mismos. ¡Están deseando repetir!